El niño pequeño

29 de septiembre de 2005

Una leonita sabia llamada Ana me contó un día este cuento…

Había una vez un niño que comenzó a ir a la escuela. Él era bastante pequeño y la escuela muy grande. Cuando el niño descubrió que podía entrar en el aula desde la puerta que daba al exterior estuvo feliz, y la escuela ya no le pareció tan grande.

Una mañana, la maestra dijo:

- Hoy vamos a hacer un dibujo.

Le gustaba dibujar y podía hacer de todo: vacas, trenes, pollos, tigres, leones, barcos. Sacó entonces su caja de lápices y empezó a dibujar, pero la maestra dijo:

- ¡Esperen, aún no es tiempo de empezar!. Aún no he dicho lo que vamos a dibujar. Hoy vamos a dibujar flores.

- ¡Qué bien! - pensó el niño.

Le gustaba hacer flores y empezó a dibujar flores muy bellas con sus lápices violetas, naranjas y azules. Pero la maestra dijo:

- ¡Yo les enseñaré cómo, esperen un momento!

Y tomando una tiza, pintó una flor roja con un tallo verde. Ahora – dijo la maestra – pueden comenzar.
El niño miró la flor que había hecho la maestra y la comparó con las que él había pintado. Le gustaban más las suyas, pero no lo dijo. Volteó la hoja y dibujó una flor roja con un tallo verde, tal como la maestra lo indicara.

Otro día, la maestra dijo:

- Hoy vamos a modelar con plastilina.

- ¡Qué bien! - Pensó el pequeño.

Le gustaba la plastilina y podía hacer muchas cosas con ella: víboras, hombres de nieve, ratones, carros, camiones; y comenzó a estirar y a amasar su bola de plastilina. Pero la maestra dijo:

- ¡Esperen, aún no es tiempo de comenzar!. Ahora – dijo la maestra – vamos a hacer un plato.


- ¡Qué bien! - Pensó el pequeño.

Le gustaba modelar platos y comenzó a hacerlos de todas formas y tamaños. Entonces la maestra dijo:

- ¡Esperen, yo les enseñaré cómo! – Y les mostró cómo hacer un plato hondo. –Ahora ya pueden empezar.

El pequeño miró el plato que había hecho la maestra, y luego los que él había modelado. Le gustaban más los suyos, pero no lo dijo. Sólo modeló otra vez la plastilina e hizo un plato hondo, como la maestra indicara.
Muy pronto el pequeño aprendió a esperar que le dijeran qué y cómo debía trabajar, y a hacer las cosas iguales a las de la maestra. No volvió a hacer nada él sólo.
Pasó el tiempo, y sucedió que el niño y su familia se mudaron a otra ciudad, donde el pequeño tuvo que ir a otra escuela. Esta escuela era más grande y no había puertas al exterior a su salón. El primer día de clase, la maestra dijo:

- Hoy vamos a hacer un dibujo.

- ¡Qué bien! – pensó el pequeño, y esperó a que la maestra dijera lo que había que hacer; pero ella no dijo nada. Sólo caminaba por el aula, mirando lo que hacían los niños. Cuando llegó a su lado, le dijo:

- ¿No quieres hacer un dibujo?

- Sí – contestó el pequeño –. Pero: ¿qué hay que hacer?

- Puedes hacer lo que tú quieras – dijo la maestra.

- ¿Con cualquier color? – preguntó el niño.

- ¡Con cualquier color! – respondió la maestra. Si todos hicieran el mismo dibujo y usaran los mismos colores, ¿cómo sabría yo lo que hizo cada cuál?

El niño no contestó nada, y bajando la cabeza dibujó una flor roja con un tallo verde.

Arturo y Clementina

21 de septiembre de 2005

Arturo y Clementina son dos tortugas jóvenes y enamoradas. Clementina tiene muchos proyectos para su futura vida en común: viajarán por todas partes e incluso cumplirá su sueño de visitar Venecia. Pero los planes de Arturo son muy diferentes. Arturo ha decidido que él pescará para los dos mientras Clementina descansa. Clementina se aburre e intenta iniciar una serie de actividades: aprender a tocar la flauta, pintar... pero Arturo la desanima una y otra vez y para contentarla le compra regalos sin parar. Clementina carga cada regalo de Arturo sobre su concha. Llega un momento en que son tantas las cosas que lleva a cuestas que apenas puede moverse. Clementina se siente cada vez más desgraciada hasta que un buen día decide salir de su caparazón y darse una vuelta. Al principio sus paseos son cortos, pues no quiere que Arturo sospeche, pero poco a poco se van alargando. Un día Clementina no regresa. Al darse cuenta Arturo se enfada mucho y piensa que Clementina es una desagradecida. Arturo nunca llegará a entender la razón de la partida de Clementina.

Princesas

18 de septiembre de 2005

Hoy he visto Princesas. A ti te hubiera encantado Princesas. Dicen que existimos porque alguien piensa en nosotros. Y seguro que es verdad, tiene que ser verdad...

Dolor de amistad rota

17 de septiembre de 2005

Aforismo de PseudoHeráclito: "un mismo peinado no puede estar dos veces en el mismo hombre".

Pero a mi me gusta tu nuevo corte, me recuerda cuando nos conocimos...

Última esperanza

15 de septiembre de 2005

Este es para Antoine, que me descubrió a Maitena un bonito día en aquel “lo nuestro”.

Y como siempre dice ella (mi ella): “lo prometido es deuda”… Pero dejen que me quite poquito a poco…


Existencialismo

11 de septiembre de 2005

Solos, al final es sólo eso… estamos tan y completamente solos… Los independientes, los dependientes, los sociables, los solitarios… todos, estamos tan tristemente solos…

Y a sabiendas de esta inevitable, amenazante y anunciada soledad, que seguro me abrazará algún día o este mismo, no quiero sentirla mientras tanto…

¿A quién le grito ya? ¿A quién me abrazo en auxilio? ¿A quién me descubro? Y al mismo tiempo salvaguardo mi marca, y al mismo tiempo mantengo intacto mi orgullo, mi única fuerza para no caer... ¿Quién está dispuesto, en este mundo, en este conjunto de intereses tan individuales? ¿Quién podría llegar, sin llamada previa, quien podría utilizar su fuerza para saberlo, para estar dispuesto, para convencerme, para lograrlo, para liberarme de esta sensación que me atrapó y no me quiere soltar ya?

¿Qué tipo de héroe, o antihéroe se dedicaría a algo así? ¿Existe, está? ¿De qué si no me quieren salvar? ¿Qué me quieren dar? Yo sólo necesito que me liberen de la sensación de la última, inevitable, amenazante soledad…

¿Cómo llegaste a instalarte en mí? ¿Cómo me apartas de lo que más quiero? Yo que quiero huir de ti, soledad, y eres tú, la que consigues apartarme de todo, y tenerme sólo para ti.

Aislada, perdida, sin fuerzas, a oscuras, ¿cómo encuentro el camino, cómo sé dónde está la salida?, para volver a todo lo demás, para encontrar lo que de verdad amo y anhelo, lo que recuerdo, lo que sé que existe y en algún lugar se encuentra, esperándome… Y si tanto me pertenece de verdad, si sin mí no puede ser, si todo eso es eso conmigo y no lo es sin mí… por qué no viene a buscarme, por qué no me encuentra, por qué no me enseña el camino, por qué no me entiende…

Y si nunca llega, y si me abandona finalmente, para siempre, si se olvida de mi, si ya no importo, si todos somos prescindibles, qué será de mí. Envuelta en la soledad para siempre, insoportable, consumida, enloquecida, rendida de buscar, resignada. O fuera, herida, agotada de tanta lucha para lograrlo, con miles de corazas alrededor que tuve que construirme, despojada ya de toda necesidad de encontrar algo fuera para no desfallecer, fuerte para siempre, fría, impasible, dura e insensible… para qué entonces…


Nota de la autora: prometo que en el próximo pongo un chiste. Es lo que hacen las noches de conversación, las crisis de fe, las preguntas sin respuestas…

EGOlpes (by Freud)

8 de septiembre de 2005

1. Demostración de Copérnico de que el ser humano no era el centro del universo.

2. Demostración de Darwin de que el ser humano era un animal que, como los demás, formaba parte de la naturaleza.

3. Demostración de que el yo humano no es el amo y señor de su propia casa: psicoanálisis.

FIGURA 7.4.

6 de septiembre de 2005

Este es para Víctor, que le gusta pensar.



Este ambiguo dibujo apareció por primera vez como una postal a principios del siglo XIX, y su título era "Mi esposa y mi suegra".

CAPÍTULO 7 De jarrones y perfiles

2 de septiembre de 2005

En la página 238 el autor tuvo el detalle de colocar una foto con un breve texto que tenía el claro objetivo de lograr despejar "mi mente" durante medio minuto de tan concienzudo y profundo estudio de mente, alma, metafísica, teología, ciencia, naturaleza, ... y ... y ... (es que la materia es muy extensa y densa: no, la de mi cerebro no, la del libro digo).


FIGURA 7.3. El jarrón-perfil. El jarrón que aparece en la imagen es un jarrón auténticamente diseñado para celebrar el XXV aniversario de boda de la reina Isabel II de Inglaterra (derecha) y su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo (izquierda).