Despedir a las hadas

19 de febrero de 2009

Paseaba plácidamente la princesa por su cuento cuando sin arte ni magia su calabaza no se convirtió en carroza y el cristal del zapato se rompió. Inexplicablemente dejó de ser princesa para convertirse en la madrastra de su propio cuento de hadas.

Las madrastras involuntarias lloran hasta la extenuación porque no le pueden explicar al príncipe destronado por qué ya no quieren ser princesas. Los príncipes destronados sufren mucho porque no saben cómo acabar el cuento sin su princesa.

Crecer de golpe toda una vida no es fácil. Los cuentos se sueñan entre nubes y la tierra está muy dura.

Hace diez años que la madrastra involuntaria cuelga estrellas en el cielo de su cuento con mensajes de perdón por haberlo abandonado. Pero el príncipe destronado hace tiempo que decidió partir con sus heridas de aquel palacio.

Ya no importan las súplicas ni las revanchas. En esto de los cuentos herir y ser herido duele para siempre.

La madrastra involuntaria paga hoy día su osadía. Se pregunta si bien valen aquellos paseos por las nubes luego toda una vida sin un resquicio de mutua devoción. Ella que nunca dejó de sentir admiración por el príncipe de su cuento vive con tristeza (de princesa) su penitencia.

Pero, ya sin cuento de hadas, la madrastra involuntaria confía en que sea la poesía que crece en la ribera de todo camino terrenal, aquí o allá, la que les encuentre nuevamente para seguir compartiendo el uno con el otro todo lo virtuoso que de aquello yació.

Ahora que no me buscas en el Amador, ahora que renuncio a mi perdón.

Siniestras Amadas

15 de febrero de 2009

Ya tengo mi ansiado libro "Siniestras Amadas". Aún no he podido sentarme a leerlo (o pasearlo, como dice su autor) tranquilamente. Pero la combinación Allan Poe - ilustraciones (en realidad maquetas de cartulina que luego son fotografiadas) de Jack Mircala, junto con la descripción "delirios necro-románticos" no puede fallarme.

Sólo como muestra un poema para una de sus "mujeres reales", Frances Sargent Osgood.

¿Tú quieres ser amada?, ¡pues que tu corazón
no se aparte de su actual senda!
Siendo todo lo que ahora er
es,
no seas nada de lo que no eres.
Así, con el mundo, tus afables modos,
tu gracia, tu más que belleza,
serán un infinito tema de alabanza,
y el amor, un simple deber.


Aunque no está en el libro, no me resisto a poner el poema que Poe le escribió a Frances y que es una especie de acrónimo:

For her this rhyme is penned, whose luminous eyes,
Brightly expressive as the twins of Leda,
Shall find her own sweet name, that nestling lies
Upon the page, enwrapped from every reader.
Search narrowly the lines! - they hold a treasure
Divine - a talisman - an amulet
That must be worn at heart. Search well the measure-
The words - the syllables! Do not forget
The trivialest point, or you may lose your labor
And yet there is in this no Gordian knot
Which one might not undo without a sabre,
If one could merely comprehend the plot.
Enwritten upon the leaf where now are peering
Eyes scintillating soul, there lie perdus
Three eloquent words oft uttered in the hearing
Of poets, by poets - as the name is a poet's, too,
Its letters, although naturally lying
Like the knight Pinto-Mendez Ferdinando -
Still form a synonym for Truth - Cease trying!
You will not read the riddle, though you do the best you can do.

Eutanasia

10 de febrero de 2009

El caso de Eluana estos días en la prensa me ha dejado perpleja.

Que una persona, después de cargar con una de las situaciones más duras en las que la vida te puede poner, tenga que batallar con la hipocresía y estupidez ajena, todo ello producto de ambiciones vergonzosas, me parece el colmo de la resistencia humana. Pero esta vez, por suerte, ganó la dignidad.

Ramón: No, espera… Padre Francisco ¿me oye usted?

Padre Francisco: Sí, le oigo, Ramón, le oigo.

Ramón: Pero ¿por qué mezcla el culo con las tetas? Espero que no haya venido aquí a hacer demagogia que de eso ustedes los jesuitas saben mucho.

Padre Francisco: No, claro que no. Pero ya que habla usted de demagogia, amigo Ramón ¿no le parece a usted que lo demagógico es decir “muerte con dignidad”? ¿Por qué no se deja de eufemismos y lo dice simple y llanamente, con toda su crudeza, “me quito la vida”? Y ya está.

Ramón: No deja de sorprenderme que demuestre tanta sensibilidad ante mi vida, teniendo en cuenta que la institución que usted representa acepta el día de hoy nada menos que la pena de muerte y ha condenado durante siglos a la hoguera a los que no pensaban correctamente.

Padre Francisco: Ahora el que está haciendo demagogia es usted.

Ramón: Sí claro, pero dejándonos de eufemismos, como usted dice, eso es lo que habrían hecho conmigo, ¿no? Quemarme vivo, quemarme por defender mi libertad.

Padre Francisco: Amigo Ramón…

Ramón: Amigo dice…

Padre Francisco: Amigo Ramón, una libertad que elimina la vida no es libertad.

Ramón: ¡Y una vida que elimina la libertad tampoco es vida! Y no me llame amigo. Y déjeme en paz, hombre.
MAR ADENTRO.