Manufactura del consentimiento

29 de noviembre de 2010

En 1958, Henry David Thoreau, uno de los raros disidentes, escribió en su diario que:

no hay necesidad de formular una ley que frene la licencia de la prensa. De sobra se autocontrola a sí misma. En general, la comunidad se ha reunido y puesto de acuerdo sobre qué cosas hay que expresar, se ha puesto de acuerdo sobre una plataforma y en excomulgar a aquel que se aparte de ella, y ni siquiera uno entre mil se atreve a expresar ninguna otra cosa.

Sería más exacto decir que ni siquiera uno entre mil es capaz de pensar ninguna otra cosa; y es que el sistema de control del pensamiento ha llegado a ser bastante autoconsciente. (...) en un país donde la voz del pueblo puede ser escuchada, es necesario asegurar que esa voz diga las cosas correctas.

En un estado basado en la violencia interna, basta controlar lo que la gente hace (lo que piensan es asunto de poca importancia), siempre y cuando ésta pueda ser controlada por la fuerza. Pero donde la violencia estatal es más limitada, es necesario controlar también lo que la gente piensa. En síntesis, existe una conexión entre la ausencia de control de Estados Unidos y la extraordinaria eficacia del sistema de control del pensamiento.

Noam Chomsky
Sobre el poder y la ideología
Para Elena (I)