Dos vidas

1 de abril de 2016


Llevaba dos vidas: una aparente, que veían y conocían todos los que debían, llena de una media verdad y una media mentira, perfectamente semejante a la de sus conocidos y amigos, y otra, que transcurría en secreto. Por una extraña coincidencia de circunstancias, tal vez casual, todo lo que para él era importante, interesante e imprescindible, en lo que era sincero y no se engañaba, lo que constituía el meollo de su vida, se desarrollaba en secreto de los demás, y todo lo que constituía su mentira, la envoltura en la que se guarecía para encubrir la verdad, como por ejemplo, su trabajo en el banco, las discusiones en el club, sus comentarios sobre la "raza inferior", su presencia en las fiestas de aniversario en compañía de la esposa, todo esto estaba a la vista. 
Y de igual modo que su vida juzgaba la de los demás; no creía en lo que veía, y siempre sospechaba que en cada persona la vida auténtica, la más interesante, transcurría bajo el manto del misterio, como bajo el manto de la noche. Cada existencia privada se mantenía en secreto y tal vez era en parte ésa la razón por la que toda persona culta pusiera tanto empeño en que se respetara su secreto mundo privado.

La dama del perrito.
Antón Chéjov