Siempre son atractivas las cosas por estrenar: una libreta, una pieza de ropa, un disco recién adquirido... y un año no va a ser menos. Ante nosotros se nos presenta una vez más en realidad tan sólo una fracción de tiempo sin fuegos artificiales en el espacio exterior pero con un marcado significado cultural y psicológico de capa de ozono para abajo. Estos ritos no los creamos en vano. Esta celebración nos ayuda a ordenar nuestra vida, a pasar revista, a reciclar pensamientos y a coger nuevas fuerzas y tener al menos la sensación de que se nos presenta una oportunidad para empezar de nuevo... Independientemente de dónde estén todos nuestros nuevos propósitos mañana ya nos habremos nutrido un poquito de la revitalizante y mineralizante medicina psicológica de las primeras horas del nuevo año.
A punto de tomar esta medicina en forma de 12 uvas quiero compartir con ustedes mis mejores deseos para este 2006, que espero nos traiga la sensación de que el mundo puede mejorar. De cada uno de nosotros depende un poquito.
Y sobre todo, quiero transmitir mi mensaje de esperanza a los enfermos, a los apartados del calor de hogar, a los que echan tanto de menos, a los que sufren. A todos los príncipes y princesas destronados les deseo que el 2006 les de fuerzas para construir el nuevo reino que merecen.
Un beso muy fuerte a todos y feliz año.
A punto de tomar esta medicina en forma de 12 uvas quiero compartir con ustedes mis mejores deseos para este 2006, que espero nos traiga la sensación de que el mundo puede mejorar. De cada uno de nosotros depende un poquito.
Y sobre todo, quiero transmitir mi mensaje de esperanza a los enfermos, a los apartados del calor de hogar, a los que echan tanto de menos, a los que sufren. A todos los príncipes y princesas destronados les deseo que el 2006 les de fuerzas para construir el nuevo reino que merecen.
Un beso muy fuerte a todos y feliz año.
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