Shaima Rezayee. Alegre, periodista, joven, presentadora, liberal... Llevaba pantalones vaqueros y camiseta... en Afganistán, reía en televisión y charlaba con sus compañeros... en Afganistán, presentaba videos musicales de Madonna, Jennifer López o Back Street Boys... en Afganistán. Una chica como ella haciendo algo así en un país como ese... No la dejaron. No sé hasta que punto ella era consciente del peligro que corría, no sé hasta que punto le afectaban las amenazas que recibía, pero está claro que pudo más su libertad de espíritu y el ánimo de mucha gente, sobre todo joven, entre los que llegó a ser un ídolo. Le quisieron callar la risa a tiro de absurdo fanatismo, a tiro de falsa moral... Le dispararon con el sinsentido de los fanáticos. Quisieron silenciar la naturalidad, la espontaneidad y la valentía... les dio miedo lo que algo tan puro, inocente y fácil podía conseguir: la sensación de libertad. Pero no se puede acallar un grito tan fuerte. Sus cortos 24 años servirán para que el triste país sonría un poco más... hasta la carcajada, que por fin tendrá el limpio sonido de su risa.
Alguien (mi ella) siempre me habló de la importancia del lugar donde naces, donde creces, donde vives. Ahora me doy cuenta de la importancia del lugar donde luchas. Es muy fácil luchar sin que corran peligro tus huesos. No sé hasta donde bajaríamos la voz si a los gritos nos respondieran con tiros. Shaima no la bajó. En nuestras cómodas luchas desde nuestras cómodas sillas no dejemos al menos de llevar siempre pantalones vaqueros y camiseta.
Alguien (mi ella) siempre me habló de la importancia del lugar donde naces, donde creces, donde vives. Ahora me doy cuenta de la importancia del lugar donde luchas. Es muy fácil luchar sin que corran peligro tus huesos. No sé hasta donde bajaríamos la voz si a los gritos nos respondieran con tiros. Shaima no la bajó. En nuestras cómodas luchas desde nuestras cómodas sillas no dejemos al menos de llevar siempre pantalones vaqueros y camiseta.
0 secretos:
Publicar un comentario