EL ANCIANO
¿Para qué habré nacido?
me decía, llorando un anciano
de barba de armiño.
Y en sus húmedos ojos
la clara mirada inocente de un niño.
¿Para qué habré nacido?
¿Para ver a los hombres luchar
entre ellos en cruel fraticidio?
¿Para ver la miseria?
¿Para ver cómo mueren
de hambre los niños?
¿Para ver el contraste que forman
el hambre, la envidia
y el vicio?
Que en trágica danza
de exterminio y luto
conducen al mundo,
sin otra esperanza,
a la triste agonía
de un moribundo.
¿Para qué habré nacido?
¿Para ver cómo mueren
de hambre y miseria los míos?
Enfermos de odio
de frío ateridos
sin otro consuelo
que la queja dolida
de los oprimidos.
Yo no juzgo el poder divino
pero una pregunta
acude a mi mente
¿Por qué, si es que hay Dios,
consiente tanto desatino?
Y elevando los ojos al cielo
de rodillas en tierra caido
y moviendo sus labios
como una plegaria, decía:
¿Por qué habré nacido?
Tres cuartos de cuartilla para Manolo: Poltergeist
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«Cuando nuestros miedos estén prácticamente serializados, nuestra
creatividad censurada, nuestras ideas comercializadas, nuestros derechos
vendidos, nuest...
Hace 1 día
1 secretos:
Uno nace para vivir... ni más ni menos
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