Ser una soñadora precoz y empedernida tiene sus desventajas. Te construyes tus propios mundos, tan idílicos como sencillos. Luego creces, y te das cuenta de que esos mundos son más inalcanzables de lo que tú pensabas, ya no los puedes ver sólo desde tus sueños, la realidad se empeña en enseñártelo todo desde muchos, muchos prismas, cada uno de diferente color. Pero sigues creciendo, y entonces experimentas nuevas regresiones, que te demuestran que tu intuición infantil tampoco estaba tan equivocada. Que las cosas en realidad son más sencillas de lo que el mundo se empeña en complicar, sólo hay que hacerle un poquito más de caso a los sueños. Y te das cuenta de que lo que pasa es que la mayoría de la gente ha perdido la capacidad de soñar y encima no se llevan demasiado bien con p y q.
Y yo que siempre estoy jugando con p y q, cada vez estoy más sola en las partidas, y cada vez me apetece menos probar los retorcidos juegos de los otros.
0 secretos:
Publicar un comentario