Siempre una promesa

1 de julio de 2005

El otro día él me preguntó: "¿vas a jurar o a prometer?" Yo le contesté sin dudar: "a prometer, por supuesto".

Hoy prometí, por mi honor, por la constitución... prometí. Toda la vida ella siempre me dijo, en ese tono suyo tan sereno y tan cargado de sabiduría: "no se jura, se promete".

Quizás sea por eso, que mi percepción está condicionada. Pero el sonido de la promesa me parece infinitamente más limpio que el del juramento, que me suena traicionero, cargado de un énfasis innecesario, de una necesidad de hacerse notar que no necesitan las cosas sinceras.

Los otros juraron, alto y claro. No sé que intenciones tienen, ya lo veremos, la mía es limpia y sincera, y elegí prometer para así expresarlo, como ella me enseñó que se dicen las cosas de verdad.

Pero me temo que con el tiempo, en algún momento, tenga que contener las ganas de decirles: "es que no se jura, se promete, que luego pasa lo que pasa".

Y por mi parte sólo espero con mi comportamiento demostrar que ella, una vez más, tenía razón y... "no se jura, se promete".

1 secretos:

Anónimo dijo...

No haces falta que prometas cuando eres sincera... y no hay nadie más sincero que tú en este mundo.