Sencillez

8 de octubre de 2005

Tres luthiers tenían sus negocios, en la misma manzana de la pequeña ciudad de Cremona.
Después de una pacífica coexistencia durante años, la tienda Amati decidió poner un cartel en la puerta que decía: "Hacemos los mejores violines de Italia". La tienda Guarneri, para no ser menos, puso otro cartel proclamando: "Hacemos los mejores violines del mundo". Finalmente, la familia Stradivarius puso su propio cartel: "Hacemos los mejores violines de esta manzana".